jueves, 25 de junio de 2015

Preocupación por mayor presencia organizada de grupos anti derechos en Asamblea de la OEA

Lima 27 junio.- Q’antu Madueño Basurco, joven abogada del Centro Flora Tristán donde integra el programa de Derechos Sexuales y Ciudadanía en Salud, es feminista y activista por los derechos de las personas LGTBI, que defiende  desde el colectivo Las Insumisas de Lilith.  El año pasado asumió la coordinación nacional de la Campaña por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos, y como tal participó en la última asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Washington, Estados Unidos.

Ha sido su primera experiencia como representante de sociedad civil en este foro hemisférico, en un contexto en que organizaciones de los sectores anti derechos de la región han venido ganando mayor presencia en este espacio con la finalidad de bloquear el reconocimiento de nuevos derechos relacionados con dimensiones fundamentales de la vida como la sexualidad y la reproducción, y de recortar los existentes introduciendo cuestionamientos a la universalidad e integralidad de los derechos humanos.


En la siguiente entrevista, Q’antu Madueño, coordinadora de la C-Convención Perú, comparte sus apreciaciones sobre la 45° Asamblea de la OEA y alerta sobre las posturas de los sectores anti derechos que han llegado a cuestionar la obligatoriedad de los Estados de cumplir con los tratados internacionales de derechos humanos y los desafíos que ello supone para colectivos como la Campaña Convención.

¿Qué te pareció la Asamblea de la OEA en Washington?

Esperé un poco más de consideración de los responsables de organizar las reuniones con representantes de la sociedad civil. Estas reuniones tienen por finalidad desarrollar recomendaciones para los Estados, las que deben ser alcanzadas por consenso. Sin embargo se  realizaron en condiciones poco apropiadas, por ejemplo no contamos con un espacio idóneo para el trabajo en grupos y tampoco se nos facilitó un micrófono, lo que ocasiono serias trabas para poder escuchar las propuestas e ideas de cada mesa donde se trabajaron los temas colocados por la OEA: promover la democracia; defender los Derechos Humanos; garantizar un enfoque multidimensional a la seguridad;  y fomentar el desarrollo integral y la prosperidad.

¿Cómo fue la participación de la sociedad civil?

Me pareció que no hubo mecanismos idóneos para una participación transparente y democrática. Se contó con poco tiempo para desarrollar las recomendaciones y escasas herramientas informativas sobre el modo de  participación en este espacio. Lo más alarmante fue la falta de criterio de agrupaciones fundamentalistas sobre el tema de los derechos humanos, llegamos inclusive a debates sobre derechos elementales. Una de las discusiones fue por ejemplo sobre la “soberanía de un país” y que este mismo concepto debía anteponerse  a las convenciones internacionales, incluso las relacionadas a derechos humanos. También fue preocupante la falta de claridad sobre la importancia del consenso en la discusión sobre estos temas y la distorsión del significado de lo que es democracia, puesto que muchos participantes proponían hacer votaciones sobre temas estrictamente de derechos humanos.

Es importante visibilizar la asidua participación de agrupaciones anti derechos y fundamentalistas, que en esta asamblea fueron muchas más que en otras anteriores asambleas, porque se organizan para interferir y bloquear el desarrollo de temas sobre derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans o la despenalización del aborto.

¿Cuál considera el principal desafío para los derechos sexuales y derechos reproductivos en la región,  y particularmente para el Perú?

La articulación y coordinación de la mayor parte de las agrupaciones de derechos humanos para proteger nuestros derechos sexuales y reproductivos es uno de los grandes desafíos que debemos seguir trabajando. De esa forma estaremos en condiciones de poder actuar con más orden y claridad. Otro desafío que considero importante es apostar por otros espacios para la lucha de los derechos humanos.

Con respecto a Perú, me parece que necesitamos hacer una incidencia más contundente en los espacios estratégicos para la campaña, teniendo en cuenta que ahora uno de los miembros de la Comisión Interamericana  de Derechos Humanos es el peruano Francisco Eguiguren. Creo que es vital arriesgarnos en participar en otros espacios de igual importancia y que también serían estratégicos para la defensa de los derechos sexuales y reproductivos.

martes, 23 de junio de 2015

OEA reconoce derechos de personas mayores de diversas orientaciones sexuales e identidades de gènero

La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos realizada en la ciudad de Washington, aprobó el pasado 15 de junio la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, la misma que ya fue firmada por Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay.

Este instrumento reconoce como derecho protegidos la igualdad y no discriminación para todas las personas mayores de 60 años, e incluye específicamente a quienes son víctimas de discriminación múltiple, como son  las personas de diversas orientaciones sexuales e identidades de género.

Es decir que lesbianas, gays, bisexuales, travestis, personas trans y quienes manifiestan una identidad de género diversa que pertenecen al rango de la adultez mayor, deben ser protegidos por los Estados en el reconocimiento y pleno ejercicio de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en condiciones de igualdad para contribuir a su plena inclusión y participación en la sociedad.

El articulado de carácter vinculante, primero en el mundo dirigido a la población mayor, recibió algunas observaciones de países como Canadá, Estados Unidos, Nicaragua y Perú. Este último indicó que “continú analizando las implicancias económicas o de otra índole respecto a erradas interpretaciones que pudiese efectuar el Sistema Interamericano de Derechos Humanos sobre lo estipulado en el artículo 17 sobre Derecho a la seguridad social”.

La Convención prohíbe la discriminación por edad en la vejez, y garantiza los derechos a la vida y la dignidad de las personas mayores, a la independencia y autonomía, a la seguridad y una existencia libre de toda forma de violencia, a no ser sometido a tortura ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, a brindar consentimiento libre e informado en el ámbito de la salud, a recibir servicios de cuidado a largo plazo y a la libertad personal.

También, a la libertad de expresión y de opinión y al acceso a la información, a la nacionalidad y a la libertad de circulación, a la privacidad y a la intimidad, a la seguridad social, al trabajo, a la salud, a la educación, a la cultura, a la recreación, al esparcimiento y al deporte, a la propiedad, a la vivienda, a un medio ambiente sano, a la accesibilidad y a la movilidad personal, y a sus derechos políticos, entre otros.

La Convención asume como uno de sus principios la equidad e igualdad de género y establece que los Estados parte adoptarán programas, políticas o acciones para facilitar y promover el pleno goce de estos derechos por la persona mayor, propiciando su autorrealización, el fortalecimiento de todas las familias, de sus lazos familiares y sociales, y de sus relaciones afectivas.

De esta forma, este tratado  garantiza su derecho a la independencia y autonomía en la toma de decisiones, que incluye elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir, sin verse  en la obligación de vivir con arreglo a un sistema de vida específico.

miércoles, 17 de junio de 2015

Reglas claras para el diálogo fructífero de sociedad civil

Washington 15 junio.- La sociedad civil interamericana y la defensa integral, universal e interdependiente de los derechos humanos enfrentan uno de sus mayores desafíos para lograr el pleno bienestar de la población de los países de la región.

Así quedó evidenciado tras la discusión entre organizaciones de sociedad civil, evento previo al diálogo informal con el secretario general de la Organización de Estados Americano, Luis Almagro Lemes, realizado ayer en el marco del 45° periodo de sesiones de este cónclave regional que tiene lugar hasta el martes 16 de junio en esta ciudad.

Pese a la tradición democrática de alcanzar visiones y propuestas de consenso, esta vez no ha sido posible del todo. La creciente y amplia presencia de sectores adscritos a posiciones religiosas, que por su mirada reducida de los problemas de la región y resistente al diálogo asume posturas fundamentalistas, ha sido un factor para que se dé esta situación.

En el marco de los cuatro temas de discusión planteado por la OEA (defendiendo los Derechos Humanos, fomentando el desarrollo integral y la prosperidad, promoviendo la democracia y garantizar un enfoque multidimensional de la seguridad), representantes de sociedad civil de distintas áreas de acción y procedencia lograron un documento de escasas bases comunes.

En lo que respecta al tema de seguridad, por ejemplo, coloca las graves violaciones a los derechos humanos en cada uno de los países de la región, sin especificación alguna, y plantea como necesidades que su abordaje sea multidimensional, que las fuerzas de seguridad actúen en forma eficiente pero no discriminatoria y que los sistemas de justicia sean independientes.

Plantea la creación de una relatoría especializada con el debido presupuesto y  la instalación de un Foro Permanente de Sociedad Civil para continuar abordando este eje temático.

Sin embargo quedaron fuera, porque no alcanzaron consenso, la realidad de las trabajadoras sexuales que son asesinadas con total impunidad en países como Paraguay, así como la violencia y riesgo que rodea la exposición pública de las personas LGTBI en muchas naciones lo que desafía las políticas de seguridad ciudadana sin una respuesta integral hasta hoy que garantice justicia oportuna y políticas no discriminatorias.

Representantes de distintos colectivos expresaron su preocupación por la distorsión que se viene dando del mecanismo de participación de la sociedad civil la interior de la OEA.

“Necesitamos reglas claras y justas para el proceso de participación de la sociedad civil que permitan el dialogo, respeto y trato igualitario”, afirmó Mónica Coronado, coordinadora colegiada de la Campaña por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos,
presente en los procesos.

“Nos hacemos eco de las palabras del secretario general Luis Almagro, durante la inauguración de la Asamblea, de lograr un diálogo hemisférico constructivo en base a la defensa irrestricta de la democracia y los derechos humanos sin dobles discursos ni dobles estándares”, remarcó.

Durante su intervención ante representantes de la región, Almagro Lemes afirmó que aboga por una agenda amplia, que se asienta en la imperiosa necesidad de que todas las personas tengan las mismas oportunidades, independientemente de su origen social, raza, género, orientación sexual, edad o discapacidad. 
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Dijo que espera contribuir a una OEA comprometida en asegurar todas las libertades, para lo cual se debe atacar las bases de la impunidad en cualquiera de sus formas, corrupción, discriminación o crímenes de lesa humanidad. 

martes, 16 de junio de 2015

45 Asamblea General de la OEA: Pluralidad sobre la base del respeto a los Derechos Humanos

15 Washington.- El derecho a expresar posiciones y propuestas de manera plural sobre los problemas en nuestros países tiene como límite el respeto a los derechos humanos, expresó Q'antu Madueño coordinadora de la Alianza Perú de la Campaña por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y Reproductivos, cuya representación participa en la 45° asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La activista llamó la atención sobre argumentos preocupantes que echando mano de la diversidad de organizaciones de la sociedad civil en los países del ámbito de la OEA, pretenden incluir temáticas ajenas al reconocimiento de los derechos humanos, y por el contrario, pretenden recortarlos y suprimirlos.

Se refirió concretamente a la propuesta de “seguridad demográfica” planteada por sectores ligados a grupos religiosos y que en las últimas asambleas han venido ganando representación en el foro hemisférico.

Desde ese planteamiento, se buscaría que las normas garanticen el crecimiento de la tasa de natalidad con el objetivo final de criminalizar la interrupción de los embarazos.

“No podemos retroceder en los derechos adquiridos, más cuando se trata de dimensiones de la sexualidad y reproducción, especialmente de los nuestros, de las mujeres, quienes en buena parte de nuestros países somos perseguidas, estigmatizadas y criminalizadas cuando decidimos interrumpir procesos de gestación que no son parte de nuestros proyectos de vida, afirmó Madueño.

En la región tenemos jurisprudencia internacional que pondera proyectos de vida”, para los derechos del no nacido y los de las mujeres –agregó- y contamos con el Consenso de Montevideo donde se reconoce la necesidad de revisar la legislación punitiva del aborto en países donde es considerado un delito.

Explicó que entre las acciones prioritarias que asumieron impulsar en el marco del Consenso está avanzar hacia una atención legal, segura y de calidad para las mujeres que deciden interrumpir sus embarazos y evitar así las altas tasas de morbi mortalidad materna, así como maternidades impuestas que lesionan los derechos humanos de niñas, adolescentes y mujeres adultas.

Pero no solo los derechos reproductivos están resistidos y amenazados, sino el de la igualdad y no discriminación por raza. En la mesa que abordó el tema de la seguridad, uno de los cuatro sobre los que dialogaron representantes de la sociedad civil para entregar sus propuestas al secretario general, no se logró visibilizar las condiciones de vulnerabilidad de ciertos grupos.

Fue el caso de Brasil, donde se está dando un ataque y asesinato selectivo de jóvenes negros de las favelas, situación que sin embargo no pudo evidenciarse como parte del documento de consenso por la oposición de grupos de posiciones fundamentalistas.

La activista deploró que numerosas representaciones de sociedad civil encarnen posturas que, en sus países y en la región, representan posiciones contrarias al reconocimiento y ejercicio de los derechos en forma integral e indivisible.

Manifestó que inclusive se opusieron a dar visibilidad a la inseguridad cotidiana en los espacios públicos y privados en que viven las personas LGTBI, llegando en casos extremos a la muerte.

“¿Acaso el futuro de la OEA va a ser blanco, heterosexual y de clase media? De qué seguridad estamos hablando”, refirió la activista.

Precisó que esperan de este foro interamericano la promoción de una seguridad con derechos humanos, sin racismo ni discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género, ni pobreza.