Lima 27 junio.- Q’antu Madueño Basurco, joven abogada del Centro Flora Tristán donde integra el programa de Derechos Sexuales y Ciudadanía en Salud, es feminista y activista por los derechos de las personas LGTBI, que defiende desde el colectivo Las Insumisas de Lilith. El año pasado asumió la coordinación nacional de la Campaña por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos, y como tal participó en la última asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Washington, Estados Unidos.
Ha sido su primera experiencia como representante de sociedad civil en este foro hemisférico, en un contexto en que organizaciones de los sectores anti derechos de la región han venido ganando mayor presencia en este espacio con la finalidad de bloquear el reconocimiento de nuevos derechos relacionados con dimensiones fundamentales de la vida como la sexualidad y la reproducción, y de recortar los existentes introduciendo cuestionamientos a la universalidad e integralidad de los derechos humanos.
En la siguiente entrevista, Q’antu Madueño, coordinadora de la C-Convención Perú, comparte sus apreciaciones sobre la 45° Asamblea de la OEA y alerta sobre las posturas de los sectores anti derechos que han llegado a cuestionar la obligatoriedad de los Estados de cumplir con los tratados internacionales de derechos humanos y los desafíos que ello supone para colectivos como la Campaña Convención.
¿Qué te pareció la Asamblea de la OEA en Washington?
Esperé un poco más de consideración de los responsables de organizar las reuniones con representantes de la sociedad civil. Estas reuniones tienen por finalidad desarrollar recomendaciones para los Estados, las que deben ser alcanzadas por consenso. Sin embargo se realizaron en condiciones poco apropiadas, por ejemplo no contamos con un espacio idóneo para el trabajo en grupos y tampoco se nos facilitó un micrófono, lo que ocasiono serias trabas para poder escuchar las propuestas e ideas de cada mesa donde se trabajaron los temas colocados por la OEA: promover la democracia; defender los Derechos Humanos; garantizar un enfoque multidimensional a la seguridad; y fomentar el desarrollo integral y la prosperidad.
¿Cómo fue la participación de la sociedad civil?
Me pareció que no hubo mecanismos idóneos para una participación transparente y democrática. Se contó con poco tiempo para desarrollar las recomendaciones y escasas herramientas informativas sobre el modo de participación en este espacio. Lo más alarmante fue la falta de criterio de agrupaciones fundamentalistas sobre el tema de los derechos humanos, llegamos inclusive a debates sobre derechos elementales. Una de las discusiones fue por ejemplo sobre la “soberanía de un país” y que este mismo concepto debía anteponerse a las convenciones internacionales, incluso las relacionadas a derechos humanos. También fue preocupante la falta de claridad sobre la importancia del consenso en la discusión sobre estos temas y la distorsión del significado de lo que es democracia, puesto que muchos participantes proponían hacer votaciones sobre temas estrictamente de derechos humanos.
Es importante visibilizar la asidua participación de agrupaciones anti derechos y fundamentalistas, que en esta asamblea fueron muchas más que en otras anteriores asambleas, porque se organizan para interferir y bloquear el desarrollo de temas sobre derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans o la despenalización del aborto.
¿Cuál considera el principal desafío para los derechos sexuales y derechos reproductivos en la región, y particularmente para el Perú?
La articulación y coordinación de la mayor parte de las agrupaciones de derechos humanos para proteger nuestros derechos sexuales y reproductivos es uno de los grandes desafíos que debemos seguir trabajando. De esa forma estaremos en condiciones de poder actuar con más orden y claridad. Otro desafío que considero importante es apostar por otros espacios para la lucha de los derechos humanos.
Con respecto a Perú, me parece que necesitamos hacer una incidencia más contundente en los espacios estratégicos para la campaña, teniendo en cuenta que ahora uno de los miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos es el peruano Francisco Eguiguren. Creo que es vital arriesgarnos en participar en otros espacios de igual importancia y que también serían estratégicos para la defensa de los derechos sexuales y reproductivos.
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